Cuestión de género

Muchos de los términos sánscritos que se conocen en Occidente pertenecen al ámbito del yoga y la meditación. Una de las dudas que suelen tener a menudo los profesores y practicantes de estas disciplinas, habituados a tratar con palabras de origen sánscrito, es qué artículo deben anteponer, el masculino o el femenino.

Conviene explicar que el sánscrito tiene tres géneros; además del masculino y el femenino, existe el género neutro, como sucede también en el latín y el griego clásico, así como entre las lenguas modernas, en el alemán. Cuando aprendemos sánscrito debemos conocer el género de las palabras ya que ello es determinante a la hora de declinarlas.

Para aquellos que no han estudiado sánscrito pero están familiarizados con el uso de algunas de sus palabras, vamos a exponer el género de aquellas que suelen sembrar más dudas:

¿Es el bhagavadgītā o la bhagavadgītā? Pues bien, hay que decir que gītā es palabra femenina. Basándonos en esto deberíamos decir la bhagavadgītā. Sucede que como gītā lo solemos traducir como «canto», que es palabra masculina, a menudo hay quienes dicen el bhagavadgītā. Yo soy más partidario de decir «la», adaptándola al género de la palabra sánscrita.

¿Son los upaniṣad o las upaniṣad? Como en el caso anterior, estamos ante una palabra femenina y aquí sí que el uso del femenino lo considero obligado, ya que el artículo masculino no tiene ninguna justificación, pues suele traducirse como «enseñanzas secretas».

¿Es el āsana o la āsana? Aunque acabe en «a» y en castellano generalmente las palabras que acaban en «a» son femeninas, nos encontramos ante una palabra masculina. Si somos fieles al género sánscrito debemos decir «el/los āsana/s». El uso del femenino también podría estar propiciado porque su traducción «postura» es palabra femenina. No obstante, aconsejaría el uso del masculino.

¿Son los guṇas o las guṇas? Definitivamente, los guṇas. Al igual que āsana, es una palabra masculina. Como guṇa se podría traducir de varias maneras: cualidad, atributo…, conviene ceñirse al género del original sánscrito.

¿El mudrā o la mudrā? Aunque lo traducimos como gesto, se trata de una palabra femenina. Siendo estrictos deberíamos decir la mudrā. No obstante, en este caso la traducción como «gesto» está tan marcada que el cambio de artículo no parece tan descabellado. Dependerá de lo puristas que queramos ser.

nāḍī, el conducto energético de nuestro cuerpo, es palabra femenina. Como sucede en el caso de mudrā, la traducción de nāḍī como «conducto», «canal» nos lleva a poner el artículo masculino. Es otro de los casos donde el cambio de género es justificable y puede quedar al arbitrio de cada uno.

Aunque a veces conviene ser flexible, no está de más saber las cosas, de esta manera podremos decidir con criterio lo que consideremos más apropiado en cada caso, en función del uso de las palabras. Ahora bien, en el caso del yoga, palabra masculina, evitad como sea el artículo «la». Es cierto que son pocos los que dicen «la yoga», pero no es menos cierto que he llegado a oirlo.

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